
Que levante la mano quien tiene su vida en pausa porqué está enfocado -solamente- en hacer más dinero…
Cuántos de nosotros estamos siendo influenciados por, frases, audios, propagandas y demás “motivadores” que dicen cosas como “quienes luchan por sus sueños duermen poco” “ellos no descansan hasta que logran lo que quieren” y otra sarta de vainas más que al final solo pintan una realidad bastante subjetiva de hecho.
La realidad es que quienes luchan por sus sueños son humanos, se cansan. Para ellos el descanso es clave, vital por demás. El hacer actividades que les distraigan, que les alimente, que les inspire a seguir adelante es parte fundamental de la construcción de sus sueños.
Confieso que Proyecto: Migración -solo por dar un ejemplo- es algo que he tenido en la mente desde 2012 y desde aquel momento decía “no puedo comenzar. No estoy preparado” en otras ocasiones decía “Cuando tenga mucho dinero comenzaré…” y así me fui poniendo muros yo solito. Con ganas de manifestar mis puntos de vista sobre la migración, lo cual es algo que he querido hacer desde que soy muchacho. La migración es un tema que siempre me ha llamado la atención; tanto que mi tesis de la universidad fue sobre la influencia de los músicos de origen extranjero en la orquesta sinfónica de Maracaibo (mi ciudad natal).
Hace un año exactamente, en medio de las exigencias de la vida laboral que atraviesa cualquier migrante tuve la oportunidad de vivir vainas cada vez más intensas, para bien y para mal.
Viajes largos, en muchas ocasiones solo en carreteras interminables durante noches oscuras, unas veces con calor, otras con mucho frío, con el paso del tiempo me daba cuenta de que estaba empezando a darme cuenta de que estaba viviendo experiencias que difícilmente iba a olvidar y junto con esto mi deseo de no postergar más el inicio de lo que quería hacer y de lo que quería lograr con P:M.
No olvidaré -por ejemplo- una ocasión en la que debí viajar en un camión de 26’ a recoger mercancía y por temor y por la incomodidad de manejar un camión de ese tamaño, dejé de comer durante horas para no salirme de la autopista, cuando finalmente el hambre me ganó (a las 10:03 pm) me bajé en un restaurante de comida rápida que había cerrado sus puertas a las 10:00 pm. Tocó seguir rodando una hora más hasta conseguir un lugar donde comer, llegué a un Waffle House, un restaurante de tipo «dine in» muy conocido en el norte de Floria y el sur de Georgia donde tuve que utilizar 4 puestos de estacionamiento para poder acomodar el camión. Cuando al fin me bajé, me recibió una mesonera con el acento sureño más dulce que haya escuchado «Ma’ dear, is that truck yours?» (Cariño ¿es ese tu camión?) «Sí.» (Respondí con temor) «¿Es necesario que lo mueva?» (Pregunté avergonzado) a lo que ella respondió «No, no hay problema. Come algo tranquilo.» Difícilmente olvidaré esa experiencia y en la que realmente no tuve que gastar mucho dinero porqué todo esto pasó mientras trabajaba.
Motivado por todo esto, esa misma noche, cuando finalmente llegué mi destino (Atlanta). Llevaba en mi morral (o mochila) mi tableta y mi micrófono con el que finalmente, luego de muchos ensayos, guión escrito y demás, me senté en aquel hotel a las 12:30 am a grabar el episodio 000 «Intro» del podcast. Nada de esto fue planificado, el micrófono lo llevé «por sí acaso», el por sí acaso llegó a manera de un golpe de inspiración que dejó impresa en mi toda aquella experiencia que como me pasó a mí es algo que le puede pasar a cualquier persona y -especialmente- a cualquier migrante.
En algún momento leí algo que decía “las mejores experiencias en la vida son gratis” y también fue parte de una cuña famosa de MasterCard y por muy trillado que suene esto, realmente es así. Generalmente pensamos que necesitamos mucho dinero para empezar a vivir sin darnos cuenta de que las mejores experiencias cuestan muy poco, o nada.
Durante la pandemia, mis hijos estaban con el afán de que querían acampar, pero no debíamos salir mucho; primero por la pandemia y segundo porqué en ese momento (más que nunca) había que se cuidadosos con el dinero. En 2019 su mamá les había comprado una carpa de juguete y durante la tarde de ese día fue a la tienda de “todo por un dólar” y les compró una bolsa de malvaviscos (por $1). Despejamos la sala, prendimos una vela y ahí nos pusimos a “asar” malvaviscos en un campamento bajo techo mientras ponía en la tv un video de un bosque con sonidos de la naturaleza. Estoy seguro de que ni ellos, ni nosotros, olvidaremos esa noche.
¿Qué te quiero decir con todo esto?
No aplaces tu vida “hasta qué”. No esperes un evento, más dinero, tener algo, estar con alguien o en un lugar para empezar a vivir vainas que son las que harán que mañana sientas que has vivido tu vida, que por mucho que hayas pasado “nadie te quita lo baila’o”.
La vida se va en un momentico y sin darnos cuenta. Después viene la plegaria en aquella frase tan desdichada e ingrata “Éramos felices y no lo sabíamos…” Te juro que nadie va a aparecer con un cartel cuando estés viviendo ese momento a decirte “¡Epa! En este momento estás siendo feliz, recuérdalo y atesóralo porqué este es un momento que no volverá”, nadie. Nadie te avisa que estás siendo feliz y que mañana recordarás ese momentico y dirás “cuando me pasó esto, era feliz y no lo sabía”.
Empieza a ser feliz carajo y date cuenta de que lo estás siendo. Es ahorita cuando puedes hacerlo. Lo que vendrá mañana, mañana vendrá. Lo que pasó ayer, ya pasó. Vive ahorita, no mañana. No en el ayer y POR FAVOR ponte como meta decir hoy me siento feliz y lo sé mientras vas luchando y bregando por todo aquello que quieres seguir alcanzando.
Busca a la persona que amas y dile que la amas. Busca a la persona que te gusta y dile que te gusta ¿qué carajo pierdes? No te guardes las vainas “para otro día» «para después» «hoy no, mañana sí».
¿No te gusta tu trabajo?
Si no te gusta lo que haces hoy, pero sientes que debes hacerlo: hazlo y hazlo bien, pero ponte como meta empezar DESDE YA a hacer algo para cambiar esa situación. Empieza a buscar opciones, otro trabajo, algo que te llene. Empieza a invertir en ti mismo, a leer, a estudiar sobre el tema que tanto te apasiona. Empieza a ahorrar para tu emprendimiento, comienza a invertir pero empieza por algo.
¿Quieres viajar y no tienes dinero?
Empieza a ahorrar desde ahorita, te aseguro que cada centavo que ahorres te llenará de una satisfacción sinigual por el hecho de sentir que estás más cerca y que día a día estás haciendo algo para lograr lo que hoy deseas.
Te sientes incómodo ¡Qué bueno!
La incomodidad es la que nos impulsa. Nadie logra nada desde la comodidad. Todo lo que logramos lo hacemos desde un punto de partida en común: la insatisfacción por algo. Es esto lo que hace que con hambre, con sed, con frío o con calor hagamos las vainas.
Lo diré y lo repetiré cuantas veces sea esto necesario: si no logramos ser felices fuera de nuestros países entonces la raíz del problema no era nuestro país; de repente sufrimos de incapacidad para ser felices y esto lo podremos cambiar única y exclusivamente cuando caemos en cuenta de esto. A quien le falta un brazo no va por la vida pensando y actuando como si tuviera dos brazos. Deben entrenar DURO para utilizar su cuerpo en base a sus limitaciones, estando consciente de ello y del reto que esto amerita.
No necesitas mucho para vivir experiencias que sean inolvidables, solo estar presente hoy; busca maneras de hacer lo que te guste. Si no sabes lo que te gusta entonces tómate el tiempo para reflexionar sobre esto. Desde aquí parte todo, pero por favor; no te pongas excusas con el intento de seguir postergando tu vida.