No he conocido ninguna historia de migración que comience con “Papi, llevamos pela pareja” y que termine con “Luego de 10 años seguimos llevando como el primer día…” NUNCA.
La mayoría de las historias de migración que comienzan con un “Pasamos las de Cain” terminan con un “con el paso del tiempo, nos fuimos acomodando y las cosas empezaron a fluir.” Las otras terminan con un “fue muy fuerte y decidimos regresar. Hoy no nos arrepentimos de querer salir, pero estamos mejor desde que regresamos”.
Esto nos confirma lo siguiente:
- En la migración -incluso para quienes deciden regresar a sus países- todo es temporal. (Aplica tanto para lo malo, como para lo bueno).
- Quien sale buscando algo, lo encuentra; quien no sale buscando nada en específico, también encuentra, pero no encuentra nada en específico (Falta de un Plan).
- Migración y Perseverancia van de la mano. (Léase Perseverancia, no terquedad).
En base a estos tres puntos quisiera reflexionar en esta entrada.
- En la migración -incluso para quienes deciden regresar a sus países- todo es temporal.
Así como las religiones y para quienes las profesan, viven su día a día con la promesa de un paraíso, así el migrante debería vivir su vida, con la esperanza de que lo que sea que estemos atravesando hoy, es temporal y lograremos luego disfrutar de los beneficios de la migración.
“Pa’ vos es fácil decirlo. No estáis pasando lo que están pasando muchos que están cruzando las fronteras a pie, se están muriendo…”
Sí y no.
Es fácil decirlo porqué HOY no estoy pasando lo que están pasando muchos, en eso estamos de acuerdo, PERO, aunque no tuve que cruzar ninguna frontera a pie; pasé (junto a mi familia) calamidades tales, que me motivaron a escribir un libro completo, pero eso es otro tema.
Vivimos con una concepción tergiversada de que lo que vivimos hoy es permanente y eso desalienta a cualquiera.
Como migrante sentí por primera vez -lo que para mí es- LA PEOR emoción que puede sentir cualquier ser humano: Desesperanza. Sí, similar a lo que sentimos cuando muere alguien cercano y no la sentí solo una vez, no. La sentí (no menos) de 4 veces.
Situaciones unas más fuertes que otras, situaciones que hoy me dan la seguridad y la certeza para decirte que TODO ES TEMPORAL.
Debo decir que, entre cada baja, hubo altas; Pasa que en la vida (y en la migración) las altas TAMBIÉN son temporales, por eso nunca debemos perder la humildad. Conozco muchos migrantes que hoy están pasando y disfrutando sus altas y ven el mundo desde un pedestal, pilas con esto.
¿Estás pasando la baja? ¿lo difícil, lo crudo y todo lo complicado que trae consigo la migración? Ten paciencia, agarra fuerzas y no pierdas el enfoque. Nunca reniegues, cuando menos lo pienses vendrá el cambio en tu vida y las cosas empezarán a tornarse para tu bien y para el de los tuyos.
¿Estás pasando por un buen momento? Financieramente, laboralmente. Sientes paz y serenidad. Disfrútalo que te lo mereces, pero porfa, no pierdas la humildad porqué todo es temporal. Y si -Dios no permita- caes de nuevo en baja, no te preocupes, es un ciclo y es TOTALMENTE normal.
- Quien sale buscando algo, lo encuentra; quien no sale buscando nada en específico, también encuentra, pero no encuentra nada en específico (Falta de un Plan).
Esto me costó entenderlo hasta que lo escuché con este ejemplo:
Imagina que sales de tu casa, solo porqué quieres salir. Te sientes agobiado, ansioso y dices “voy a salir”. No sabes a dónde vas, no sabes cuánto tardaras, solo sales. Como no sabes a donde vas, no usas GPS, no usas ningún tipo de guía. Solo tu necesidad de salir. En algún punto de tu salida llegarás a algún lugar (o a varios) pero, como no saliste buscando algo específico, al lugar donde llegarás no habrá nada específico, y luego irás a otro lugar, luego a otro, y a otro hasta que decidas regresar a tu casa porqué en realidad no conseguiste nada en específico. No hubo un plan, por ende; no hubo ningún resultado.
Esto sucede con miles de migrantes actualmente, salimos con un único plan: salir. Luego de haber salido ¿qué sigue? Y ahí terminan muchos proyectos de migración y empieza la improvisación.
Imagina que sales diciendo “quiero para mi vida Esto, Esto y Esto y lo lograré así, así y asao”, tienes una meta y un plan claro, te juro que mientras no pierdas la mira del objetivo, lo vas a alcanzar. Pases las bajas que tengas que pasar, así tengas que cambiar de plan mil veces, mientras seas consistente y perseverante lo vas a lograr, lo que me lleva al siguiente punto;
- Migración y Perseverancia van de la mano.
Esto es tan obvio y trillado que siento que está demás tomar el tiempo para reflexionar (y ayudarte a ti a reflexionar) sobre esto por lo que me enfocaré a inferir sobre la diferencia entre Perseverancia y Terquedad.
Perseveramos cuando queremos algo y no nos quedamos tranquilos hasta lograrlo, vamos una y mil veces, nos caemos y nos levantamos. Nos volvemos a caer y nos volvemos a levantar. Así, hasta que logramos lo que sea que nos propusimos lograr. En algún punto de mi vida asistí a una terapia, en aquel momento llegamos a este punto y nunca olvidaré cuando la terapeuta, de manera muy didáctica me decía:
“Somos perseverantes cuando insistimos 3, máximo 4 veces. Somos necios cuando luego de la 4 vez, seguimos insistiendo”.
Hoy, aún conservo este principio, si insisto en un objetivo y en tres ocasiones algo sale mal, no lo logro, no desecho el objetivo, solo cambio de plan. En algunos momentos decido enfriarlo, “meterlo al congelador” y enfocarme en otros objetivos para luego volver e insistir nuevamente.
Aquí entra en juego mucho otro dicho trillado, aquel de “Nada forzado es bueno” y toca evaluar;
¿Me conviene lograr esto por lo que estoy insistiendo tanto?
Lo que estoy intentando lograr ¿podré lograrlo en el lugar donde estoy?
Y sobre todo, disfrutar (así sea un poquito) el proceso, si no disfrutamos ese trayecto en el que logramos lo que queremos lograr entonces estamos destinados a no disfrutar ese momento cuando sea que logremos lo que queremos lograr.
Desde que decidí la carrera que quería estudiar en la universidad (Música) tenía en mi mente migrar de Venezuela, cuando me gradué y tenía muy lejos la posibilidad de migrar; mi frustración era notable.
Mi tío (y en aquel momento, mentor) Nerio Vílchez, exdecano de la Facultad de Humanidades de la ilustre Universidad del Zulia, sabiendo mis metas desde que estudiaba y sabiendo la situación actual por la que atravesaba, me dedicó estas palabras el día de mi graduación.
(Maracaibo, 21 de mayo de 2004)
«Mijo, en los momentos de mayor dificultad repetí esto: Tranquilo, Seguro, Sereno y Confiado.»
Muchos buscamos donde no es, peor aún; buscamos lo que no es.
Cuando busquemos serenidad, la encontraremos. Buscando serenidad viene lo demás; se apagan los miedos, se calla la ansiedad y lo demás fluye solito.