Aunque he hecho lo posible por aprender a plasmar mis pensamientos y emociones por escrito, es para mí un poco complicado tratar de describir con palabras lo que sentí cuando vi esta imagen y sobretodo, el debate interno entre publicar o no esta foto y hablar sobre este evento en particular.
No había querido subir nada por respeto a la Sra. Irma pero, Doña Irma representa -al menos- cuatro generaciones de venezolanos, la de nuestros abuelos, la de nuestros papás, la nuestra y la de nuestros hijos.
Nuestros abuelos que vivieron los años maravillosos de la Venezuela pujante, donde las preocupaciones eran el costo de la gasolina, AD o COPEI, «¿pa’ dónde en las siguientes vacaciones?» y estar al día con el condominio. Hoy viven una lucha que no debía ser de ellos. Siento especial remordimiento porqué nos entregaron un país poderoso, rico y maravilloso y nosotros nos lo dejamos quitar, sí; a la mala. Pusimos resistencia y aunque intentamos hasta con los dientes, nos lo arrebataron.
La crudeza de esta imagen de Doña Irma donde queda expuesta su ropa interior y gran parte de su espalda, boca abajo y vulnerable (que por cierto es la abuela de alguien, la mamá de alguien y fue la esposa de alguien y qué dolor…) quien tuvo que salir por hacer poca falta, está representada también por el pana quien arriesgó su propia vida par ayudar a Doña Irma a llegar al lado donde hay vida, a la línea que demarca el fin de un país y donde inicia otro pero que también representa el fin de una vida y el inicio de otra, finalmente esto es la migración.
La imagen conforma un cuadro hiperrealista que representa la situación actual de un país, el adulto mayor sin fuerzas, desganado y desvestido junto con el joven con todo el ímpetu de salir adelante y poner la fuerza por ello mientras lo alza en brazos.
Doña Irma; deseo con toda el alma que perdone a quienes nos dejamos quitar el país que ustedes nos entregaron. Lo intentamos y no pudimos, por lo que escogimos salir y hacer país desde afuera, sin olvidar de dónde venimos. Con la misma fuerza deseo que pueda conseguir en EEUU lo que busca y que no deje de rezar por todos los jóvenes venezolanos que estamos procurando día a día ser mejores para poder -así sea desde lejos- hacer una mejor Venezuela desde afuera hacia adentro.
Esta entrada es -anormalmente- corta porqué como reza el dicho «una imagen vale más que mil palabras» y entredichos cierro, Doña Irma «El que se va no hace falta, el que llega no sobra«.
Fotografía de: Go Nakamura (Reuters)